sábado, 23 de febrero de 2013

MaríaMulata Tomo II. Cartas a los escritores.


Tal vez no sea la analogía adecuada, pero cuando hablamos de los géneros de literatura, estos son como la creación de una gran montaña desde una planicie. Sacando arena desde un punto, poco a poco se constituyó un montículo de historias, narrativas eminentes curtidas de estilos. En la cima, entre nubes de gloria y beatificación, yacen nuestros maestros emblemáticos autores cómplices de la diosa de la imaginación. Están los del pasado, los del célebre presente y por reacción de pre causalidad; los del futuro, que aún no lo son, pero ya son del oráculo de sacerdotes del cerro. En las faldas de esa montaña, reside un condumio que nutre a un millar de tribus, estas, algunas primitivas y prosopopeya en su andar nos han iluminado el camino. Otras, civilizadas, ataviadas de galicismos y esculpida de silicona intelectual, otras marketizadas, disfrazadas de entorno actual, pero son comida y juego; el mismo pan y circo del pasado imperio romano.  Lo curioso es que en la creación del altozano de narrativa, no solo se creó la montaña, si no que al sacar la tierra de un punto, se creó el vacío; un vacío cuya profundidad es proporcional a la altura del cerro. Ese vacío es la lírica, menos visible, pero profunda, a veces huele a olvido pero en ella se desliza a los recónditos laberintos del alma. Y, es aquí, en donde quiero citar al Colectivo Poético MaríaMulata Tomo I. Un  grupo de expedicionarios líricos que emprendieron  su viaje a la profundidad del pantano, donde yacen  las incógnitas del espíritu, donde navegan la tragedia y la alegría como musas hermanas. Con un prólogo que compone la poesía con la cosmogonía, al verbo con la antropogonía. Definitivamente Reinaldo Bustillo Cuevas, da inicio a una orquesta sublime, un universo de voces en donde cada vate usa el vocablo como un instrumento distinto, donde el verbo no necesita del sicario ni su virgen para forjar una tensión dramática. Un vacío con un millón de ecos, las voces de: Alfonso Ávila, Ever Cabrera, Julita Consuegra, Milena García, RenéMazilli, Lilia Mendoza, Darwin Padilla, Diana Pedrosa, Antonio Quintero, Aura Sinning y Guillermo Solano. Un vacío donde la madre poesía, reclama el aliento para seguir viviendo y el Colectivo Poético MaríaMulata atiende el llamado.


Luis Felipe Vásquez Aldana
Escritor colombiano,
Participante del Colectivo MaríaMulata Tomo I.





DESAYUNO DE DOMINGO CON UNA PIZCA DE GIRASOL

Tener este libro entre mis manos es más que un regalo divino, es degustar el mejor café,notas calientes que endulzan mi alma enamorada; es ver llover en la ventana diamantes infinitos, es como sembrar girasoles…

Estaobra despliega lírica, dolor, amor, locura, risa; se hilvana amor. Se entreteje esperanza y deseo.  Repaso las líneas escritas por estos bardos, héroes caídos en la batalla del amor, resucitados entre las rimas y las notas de sus palabras, en las que entregan sus sentimientos, sus vivencias, y el sorbo de caliente de sus pasiones incontables, secretas, abiertas, profanas, de sus experiencias intactas en la memoria del corazón.

Me sumerjo en este viaje delicioso de volar, y navegar entre gaviotas, en las alas de los sueños, en el misterio de sus noches poéticas, intento acercarme a sus musas de cristal, de viento y olvido y me encuentro con un paisaje de cantos, a todo, pero cantos.

Leer es deleitarse, es caer abatido ante los dardos de Cupido, es resucitar en los brazos del amado, es creer y confesar haber perdido, es cantar al amor y entregarse al olvido.  Es aprender entre ritmos y estilos a creer en la poesía que corre por las venas de estos autores arriesgados, frágiles, audaces, soñadores y locos; de esos que se atreven a esperar a que la luna muera y a olvidar que el mundo existe, esos capaces de construir una noche perfecta para danzar en el carnaval de sus pasiones, de percibir el aroma del sentimiento. Poetas que hacen una pausa intermitente entre una ilusión y una promesa, de esos que sueñan con ver una lluvia de diamantes en un invierno narcótico.  Escritores que derraman sus tintas en soledad, esclavo de los relojes del recuerdo, amnésicos del dolor, sobrevivientes de las penas, hidalgas de la risa y la locura.

Degustó así, sentada apreciando los suaves matices de una tarde de verano. Es un acto sublime ante el espíritu que se goza al recorrer entre sueños la grandeza de estos escritores que engalanan con su pensamiento la pluma del universo, que expresan en sus trazos el dibujo del alma, la sapiencia del amor. El suave deleite de vivencias, con el toque dulce de sus prosas y sus versos, es un viaje de fe, un éxodo al lamento, un antídoto al dolor, un enigma de emociones.

Hay un libro anclado al futuro y al pasado, hay historia y talento, que se escurre en cada página, que se engancha en el alma y descuelga en el silencio.  Es entender que en cada poeta de este colectivo hay una pincelada maestra, esa que solo Dios entrega como un “don”.


Maharyuris Mercado
Escritora colombiano,
Participante del Colectivo MaríaMulata Tomo I.


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